Glaucoma infantil

El glaucoma infantil (también conocido como glaucoma congénito, pediátrico o de la infancia) afecta a bebés y niños de corta edad. Por lo general, se diagnostica durante el primer año de vida.

El glaucoma infantil es una afección infrecuente que puede ser hereditaria, y se debe al desarrollo deficiente del sistema de drenaje de los ojos antes del nacimiento. Esto aumenta la presión en el interior del ojo, lo que a su vez daña el nervio óptico.
Los síntomas de glaucoma infantil son: ojos abultados, opacidad de la córnea y fotosensibilidad (sensibilidad a la luz).

¿Cómo se trata?

En los casos sin complicaciones, la cirugía puede corregir en muchos casos los defectos estructurales. En otros casos es necesario recurrir a medicamentos y a cirugía.

Los tratamientos médicos pueden incluir el uso de gotas oftálmicas tópicas y medicamentos orales. Estos tratamientos ayudan a aumentar la salida de líquido del ojo o a disminuir la producción de líquido dentro del ojo. Ambos efectos reducen la presión ocular.

Existen dos tipos principales de tratamiento quirúrgico: cirugía de filtración y cirugía láser. La cirugía de filtración (también conocida como microcirugía) consiste en el uso de pequeñas herramientas quirúrgicas para crear un canal de drenaje en el ojo. Por el contrario, en la cirugía láser se usa un pequeño pero poderoso rayo de luz para crear un pequeño orificio en los tejidos del ojo.

Qué se puede esperar

Miles de niños con glaucoma viven a plenitud. Esta es la meta ideal del control del glaucoma. Aunque no es posible restaurar la pérdida de visión, sí es posible optimizar la visión restante del niño. Otro factor de igual importancia es fomentar la independencia y la participación del niño en sus propios cuidados.

Signos de glaucoma infantil

  • Ojos inusualmente abultados
  • Lagrimeo excesivo
  • Ojos borrosos
  • Sensibilidad a la luz